El Flag football es más que un deporte: es una mezcla de adrenalina, disciplina y comunidad. Y dentro de esa ecuación, hay jugadoras que marcan diferencia desde el primer minuto en que pisan el campo. Una de ellas es Adamaryz Flores, receptora de los T-Rex, campeonas de la primera temporada de FlagX League. Su historia no solo habla de puntos y victorias, sino de un amor profundo por el juego que la acompañó desde la niñez.

Adamaryz tenía apenas 10 años cuando, por casualidad, el destino la puso frente al ovoide. Su hermana mayor jugaba en la universidad y, en un partido en el que faltaban integrantes, le pidieron que completara el equipo. Lo que empezó como un simple “ven y ayuda” terminó siendo el inicio de un viaje que ya supera una década. “Desde ese día me quedó el gusto por el tocho”, recuerda con una sonrisa. Y vaya que ese gusto creció hasta transformarse en una carrera deportiva sólida, llena de momentos memorables.

Lo que distingue a Ada no son solo sus recepciones, su velocidad o su capacidad de lectura en el campo. Es la forma en que vive el deporte: intensa, comprometida y siempre en conexión con su equipo. Ella lo dice sin rodeos: lo que más disfruta es estar con sus compañeros, compartir lo bueno y lo malo, dentro y fuera del campo. Porque al final, el Flag no es solo estrategia o jugadas, también es familia.

Y hablando de familia, Adamaryz sabe que sin la suya no estaría aquí. Ha tenido detrás un soporte que muchos atletas anhelan: padres y hermanos que le han brindado apoyo económico, emocional y, sobre todo, confianza en los momentos más duros. Como esa vez que una lesión la obligó a detenerse y cuestionarse si valía la pena seguir. La respuesta llegó desde dos frentes: el cariño de los suyos y la motivación de sus amigos, que la animaron a levantarse, volver a entrenar y recordar por qué amaba tanto este deporte.

Creo que el Flag te enseña que hay altas y bajas y que tienes que seguir adelante”, confiesa. Una frase que resume no solo la esencia del deporte, sino de la vida misma. Aprender a perder, a levantarse, a no rendirse: ahí está la verdadera victoria.

En la cancha, Adamaryz es sinónimo de seguridad. Cada vez que el balón vuela en su dirección, hay una certeza: dará todo para atraparlo. Pero más allá de las yardas y los touchdowns, lo que transmite es inspiración. Porque ella no solo juega Flag, lo vive. Con más de 10 años de experiencia, se ha convertido en referente para sus compañeras, rivales y nuevas generaciones que ven en ella un modelo a seguir. Una jugadora que eleva el nivel de cualquier equipo en el que esté.

Los T-Rex saben que cuentan con una pieza invaluable. Campeonas en la primera temporada de FlagX League, el nombre de Adamaryz ya está ligado a la historia grande de la competencia. Pero esto apenas comienza: la liga crece, las jugadoras se consolidan y la emoción se multiplica semana a semana.

Adamaryz es prueba de que este deporte es un espacio para crecer, conectar y dejar huella. Su historia refleja lo que significa el Flag: comunidad, pasión y resiliencia.

Y si tú también sientes que el Flag es parte de ti, si tienes una historia que contar, esta liga es para ti.